Taller de muñecas Waldorf

Sábado 16 de Junio

Trabajaremos sobre las proporciones y desde la imagen del hombre ofrecida por la Antroposofía.   Una invitación a trabajar con nuestras manos  y ver nacer de ellas un juguete para nuestros/as hijos/as, alumnos/as, sobrinos/as o nietos/as. Calor, dedicación, buenos pensamientos y amor habitan en un juguete confeccionado a mano. Una pieza única y una oportunidad única de reencontrarnos con nuestros talentos y capacidades. Confeccionaremos muñecas de miembros de28/ 30cm aprox. (No incluye ropa/vestidos)

Plazas limitadas

Aportación 65€ (Incluye materiales y patrones)

Para recibir mas información y reservar plaza escribir a casawaldorf@gmail.com o por teléfono al 635 799 179

 

Impartido por Sandra Chandía

Maestra Waldorf

El huerto de Avelino y Juana

Los planteles ha traído 
El abuelito Avelino 
Calabazas y tomates
Despiertan al huerto dormido

Con la azada rigurosa
Un buen surco dibujó
Recto, recto el caminito
Muy mullido se quedó 

En su casa la plantita
Sus raíces enterró 
Y  contenta, muy contenta 
Hacia el cielo  se elevó

Sandra Chandia
Maestra Waldorf

Todo es ronda

Los astros son ronda de niños, 
jugando la tierra a espiar… 
Los trigos son talles de niñas 
jugando a ondular…, a ondular… 
Los ríos son rondas de niños 
jugando a encontrarse en el mar… 
Las olas son rondas de niñas, 
jugando la Tierra a abrazar..

Una contribución eficaz para dirigir la voluntad la constituyen los juegos, las rondas y las canciones que los niños ( 3 a 9 años ) hacen con alegría y entusiasmo.

El niño vive en el movimiento y el sistema motor ( esqueleto y musculatura)  constituye el punto de apoyo de la voluntad. El niño sano experimenta activamente con su cuerpo.

En las rondas el niño se siente recogido. El círculo en el que nos encontramos presta un apoyo interno y externo. Mientras cantamos, recitamos o contamos cuentos;  con ello se consigue que la intranquilidad y la hiperactividad se reduzca y se ordene el movimiento en actividades llenas de sentido.

Estos movimientos antropológicamente hablando dan calor y vivifícan el organismo entero; lo anímico penetra profundamente lo corporal y ello crea la base de una voluntad activa y espontánea.

Tomado del libro: la educación de la voluntad . Boletín 27. Ed Rudolf Steiner

 

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